(Lázaro
Cárdenas y del Río) Presidente de México (Jiquilpán, 1891 - Ciudad de
México, 1970). Procedente de una familia indígena muy modesta, apenas
recibió una educación elemental.
En 1914 se unió a
la Revolución mexicana (que había estallado cuatro años antes), dando
comienzo a una carrera militar en la que ascendería con rapidez (diez
años más tarde era general de brigada).
Lázaro
Cárdenas saltó a la política bajo la protección de otro militar
revolucionario, el presidente Calles: fue gobernador de Michoacán
(1928), ministro del Interior (1930-32) y ministro de la Guerra
(1932-34). En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la
protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida
política mexicana; pero, una vez en el poder, se emancipó de su tutela y
adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda.
Incluso expulsó del país a su antiguo protector, que hubo de exiliarse
en Estados Unidos (1936).
Cárdenas ejerció la
presidencia entre 1934 y 1940. Creó el Partido Revolucionario Mexicano
(que es el antecedente del actual PRI), en el cual se integraron un
amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas,
liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la
Confederación Nacional de Campesinos.
Bajo el lema
«México para los mexicanos», Cárdenas llevó adelante una política de
nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al
petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar
compradores en Alemania. También se ocupó de proteger a la población
indígena, impulsó la reforma agraria, combatió el latifundismo,
nacionalizó los ferrocarriles y estableció una enseñanza pública laica,
gratuita y obligatoria.
En definitiva, todo un giro socializante del México
posrevolucionario, que hay que situar en el contexto de la depresión
económica mundial de los años treinta y el New Deal de Franklin
Roosevelt en Estados Unidos; en la lucha contra el fascismo ascendente
de aquella época, fue significativa su acogida a los refugiados
republicanos españoles que, perdida la Guerra Civil en 1939, huían del
régimen de Franco.
El sexenio de Cárdenas, en
resumen, fue un periodo de estabilidad política que legó a la posteridad
avances significativos en materia de educación y obras públicas.
Cárdenas dejó la presidencia en 1940, pero no la vida política: promovió
la candidatura de Manuel Ávila Camacho para sucederle, y él mismo
aceptó ejercer como ministro de la Guerra en 1942-45. También colaboró
con el presidente Adolfo López Mateos (1961).
Siendo Ávila Camacho presidente de la república, desempeñó el cargo de Secretario de Defensa hasta el año 1945.
A menudo se dice que Lázaro Cárdenas fue el único presidente asociado al PRI que no se sirvió de su cargo para enriquecerse. Se retiró a una modesta vivienda cerca del Lago Pátzcuaro y trabajó el resto de su vida supervisando proyectos de riego y promoviendo clínicas gratuitas y educación para los más desposeídos. Siguió comentando asuntos de política internacional y abogando por los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia en Latinoamérica
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