jueves, 5 de julio de 2012

Friedrich Wilhelm I de Prusia – El rey que coleccionaba soldados altos


Tras asumir el mando en 1711 prontamente puso en orden las finanzas de su nación y empeñó gran parte de su tiempo en mejorar las condiciones y economía de su pueblo, razón por la que inmediatamente ganó un gran apoyo entre las masas. Una de sus mayores preocupaciones fue darle a Prusia un ejército invencible, por lo que dotó a las fuerzas armadas de su país con armamento moderno y las hizo crecer en número; siendo uno de sus deseos que su hijo fuera un gran general lo hacía despertar al ruido de cañones y a la edad de 6 años le armó un ejército de niños a los que comandar. Sin embargo, Friedrich tenía una obsesión: los soldados altos, quizás a causa de que él mismo era casi un enano. Con este fin Friedrich envió a sus agentes a buscar “gigantes” por toda Europa, con órdenes de secuestrarlos si éstos se negaban a enrolarse voluntariamente. Incluso realizó uno de los primeros programas eugenistas de la historia, pagándole fuertes sumas de dinero a mujeres altas para que tengan hijos con hombres excesivamente altos; más llamativamente aun contrató varios médicos para investigar la manera de “estirar” artificialmente a sus soldados. Así rápidamente armó un ejército especial denominado “Los gigantes de Potsdam”. Irónicamente levantar este ejército le costó tanto esfuerzo que a la hora de la guerra se negaba a mandarlos al frente de batalla temiendo sufrir muchas pérdidas. Adoraba tanto a éstos soldados que incluso pintaba retratos de cada uno, conocía sus nombres de memoria y cuando estaba deprimido los hacía marchar por su jardín para alegrarlo. En una oportunidad su soldado más alto, de unos 2,25mts, muere a pesar de haber sido atendido por los médicos reales tras una fuerte fiebre. Friedrich, completamente desolado rompió en lagrimas y ordenó un luto nacional de una semana. Procuró gran atención en la confección de sus uniformes, llegando a vestirlos como ridículos en el proceso ya que adornaba sus ya exagerados cascos con largas plumas erectas. Su obsesión llegó a tal punto que a pesar de ser los soldados mejor pagos de su tiempo muchos se suicidaban o terminaban desertando con tal de no soportar la vida en el palacio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario