Una de las figuras más sorprendentes de la conquista de Mesoamérica es
la de un simple marinero onubense llamado Gonzalo Guerrero. Un hombre
que terminaría sus días convertido en maya, y combatiendo mano a mano
con ellos contra la conquista española.
Gonzalo Guerrero nació en Palos de la Forontera (Huelva), en
algun año de fines del siglo XV, y murió probablemente 10 de agosto de
1536, ya hombre maduro, luchando contra los conquistadores españoles.
Desde joven fue marino y se embarcó para la recientemente descubierta América como tantos y tantos onubenses.
En 1511 un barco de la flota de Diego de Nicuesa, al mando de Pedro de
Valdivia ( no confundir con Pedro de Valdivia el conquistador de Chile),
a bordo del navío Santa María de la Barca, que regresaba a la
isla La Española después de explorar la costa centroamericana, naufragó
cerca de las costas de Yucatán. Algunos de sus ocupantes consiguieron
salvarse, hubo unos veinte sobrevivientes del naufragio, entre ellos el
Capitán Valdivia, el fraile Gerónimo de Aguilar y el marinero Gonzalo
Guerrero. Cuenta la historia que arribaron a Ecab, poblado que dependía
de un cacicazgo maya que abarcaba entre otras poblaciones: Cancún,
Cozumel e Isla Mujeres. Allí fueron tomados prisioneros por los nativos y
los presentaron ante Halach Uinik, cacique maya de Ecab, quien
decidió sacrificar a cuatro de ellos a sus dioses. Gerónimo de Aguilar y
Gonzalo Guerrero de algún modo lograron escapar hacia la selva. En su
vagar lograron dejar atrás a sus perseguidores. Sin embargo días
después fueron nuevamente capturados por guerreros mayas de otra tribu
más benévola y convertidos en esclavos del cacique de Xamanhá. Gonzalo
Guerrero adoptó pronto las costumbres de nativos, y así fue aceptado
como uno de ellos, y no sabemos cómo, también liberado de la esclavitud,
mientras que Gerónimo de Aguilar ansiaba escapar de su cautiverio ¡pero
a dónde!
Posteriormente, Gonzalo Guerrero, ya un guerrero maya afamado, se
desplazó por la costa oriental cerca de lo que hoy es la frontera con
Belice, donde contrajo nupcias con la hija del cacique Nachan Can, por
lo que se convirtió en capitán de sus fuerzas. Pronto el fruto de su
amor les dió varios hijos, que fueron los primeros mestizos de América.
Cuando en 1519, rumbo a la conquista de México Hernán Cortés desembarcó
en Cozumel, derrotando a los mayas de Ecab, se enteró que había en
aquellas tierras náufragos españoles, miembros de anteriores
expediciones que habían sido tomados prisioneros por los mayas. Cortés
envió mensajeros indios con cartas en busca de dichos naufragos. Así es
como Gerónimo de Aguilar tuvo noticia de la llegada de "sus salvadores".
Probablemente junto a las cartas viajaba un recate que ayudó a que el
cacique maya se decidiera a dar licencia a su esclavo Gerónimo para
que regresara con sus compatriotas. El fraile, henchido de alegría, que
aún vestía sus roídos habitos, mandó aviso a su compañero Gonzalo
Guerrero, que por aquel entonces ya era un cacique maya del medio-este
de Yucatán.
Según el cronista Bernal Diaz del Castillo, Gonzalo Guerrero le respondió de la siguiente manera a su amigo y compañero:
"Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos. Tienenme por
cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y
horadadas las orejas ¿que dirán de mi esos españoles, si me ven ir de
este modo? Idos vos con Dios, que ya véis que estos mis hijitos son
bonitos, y dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que traéis,
para darles, y diré, que mis hermanos me las envían de mi tierra."
Gonzalo Guerrero eligió así permanecer junto a los mayas; junto a su
Pueblo. La Historia terminó olvidando a este hombre, aunque reaparecería
tiempo después con motivo de la conquista de Yucatan. Sin embargo
Gerónimo de Aguilar cobró gran fama y honor como traductor oficial de
Hernán Cortés, el conquistador de México, ya que durante su estancia
entre los mayas había aprendido su lengua. A su vez, la amante nahualt
de Cortés: Malinche, comprendía el maya a la prefección, de modo que los
primeros contactos con los aztecas se hicieron mediante una traducción a
tres.
Durante los años siguientes, los españoles estimaron que Gonzalo
Guerrero se dedicó a entrenar a los mayas para defender su territorio,
pues cuando Francisco de Montejo, en mayo de 1527, cruza el Atlántico
con 380 soldados en cuatro navíos, encontró serias dificultades para
conquistar Yucatán. En julio de 1531, el capitán Dávila partió con una
fuerza hacia el sitio que hoy es Chetumal, donde suponían que vivía
Guerrero y existían minas de oro; sin embargo encontró un lugar en
abandono. Pese a que más adelante toma a algunos mayas prisioneros, lo
engañan diciéndole que Gonzalo Guerrero había muerto de forma natural,
por lo que Dávila remite informes a Montejo en Campeche sobre el
supuesto fallecimiento. Pero el maya-español dió guerra algunos años más
con su partida de fieles apoyados en las espesuras de la selva.
Gonzalo Guerrero, fundador del mestizaje, quien adopta las costumbres
de los mayas, y les enseña nuevas técnicas para defender su territorio,
enfrentándose a sus compatriotas, muere a fines de los años 30 bajo el
fuego de los españoles del gobernador Alvarado que sojuzgaron finalmente
a parte de los mayas de Guatemala y Honduras.
Los principales cronistas que hacen mención sobre este personaje son
principalmente Bernal Díaz del Castillo, Fray Diego de Landa y Fray
Diego López de Cogollado. Se reproducen otros acercamientos a su figura
en diversos autores de los siglos XVIII y XIX con base en los documentos
anteriores.
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