Pascual Piñón, mejor conocido como el mexicano de dos cabezas, fue un artista circense de principios del siglo XX, que a diferencia de Edward Mordrake, la cabeza extra que poseía era en parte falsa, puesto que se especula que en realidad tenía un tumor en la frente y aprovechando la protuberancia, se hizo un rostro de cera con algunos implantes de plata dentro de su tumor insertados quirúrgicamente para hacerlo más realista.
Antes de ser descubierto por el dueño del circo, era un trabajador ferroviario en Texas que emigró de México a causa de perder todas sus posesiones a manos de la gente de Pancho Villa, la cuestión que detonó su decisión para entrar al show de fenómenos, fue que tenía que mantener a su familia de 7 miembros, cuestión que fue más fácil siendo parte del espectáculo.
Lo verdaderamente destacable de Pascual Piñón no es que haya tenido una cabeza falsa insertada en su tumor, sino que por amor a su familia decidió ser un fenómeno arriesgando su propia salud al conservar un tumor que ponía en riesgo su vida, convirtiéndose así en un fenómeno de circo.
Afortunadamente, el dueño del circo le dio la oportunidad de tener una vida normal, puesto que el mismo pagó la operación quirúrgica para que su tumor sea removido, logrando de esta forma, que Pascual Piñón tuviera una vida digna en sus últimos días.
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