sábado, 12 de enero de 2013

La Piedra Rosetta y el Relieve de Behistún.



La Piedra Rosetta es una losa de granito, de un poco más de un metro de alto y un peso de 756 kgrs., descubierta por franceses el 15 de julio de 1799 en la ciudad de Rosetta, Rashid, Egipto. Fue encontrada por el francés Jean Champollión, luego de las luchas entre el Imperio Británico y las fuerzas Napoleónicas en Egipto.

La piedra contenía escrituras jeroglíficas, escrituras en griego y demónico. Champollión junto al físico inglés Thomas Young se dedicaron a descifrar estas escrituras. La importancia de este descubrimiento radica en que su descubrimiento permitió que se pudieran comprender los jeroglíficos egipcios. El contenido de la piedra es un decreto de Ptolomeo V.

En el año 1802 la piedra fue llevada a Londres, a pesar de las quejas de los franceses. Actualmente continúa allí, en el Museo Británico.


Claramente el descubrimiento de la piedra fue fundamental para que la posteridad pudiera comprender el mundo egipcio. Pero, no fue el único descubrimiento arqueológico que permitió comprender civilizaciones antiguas.

El Relieve de Behistún es un tallado en la piedra y fue lo que permitió comprender la escritura cuneiforme (primeras formas de escritura que tenía forma de cuña - “cuneum”, que es lo que le da el nombre). El relieve, además de ser fundamental para comprender esta escritura tiene de extraordinario la ubicación. A diferencia de la Piedra Rosetta, el Relieve fue tallado sobre la montaña a cien metros de altura del nivel del suelo.



El relieve tiene 15 metros de alto por 25 de largo y está ubicado en las montañas de Behistún, actual Irán.

Fue divisado por primera vez por un viajero italiano, Pietro Della Valle en 1621. Pero no fue hasta 1777 que un señor llamado Carter Niebuhr descifro la escritura. Se trataba de un mismo texto desarrollado en tres formas de escritura: una inscripción trilngüe de Darío I, Rey de Persia, escrita en caracteres cuneiformes en tres idiomas: babilonio, persa y elamita. El texto data del 515 a.C.

El relato es contado por Darío en primera persona y cuenta los sucesos por los cuáles él y su ejército lograron aplastar una rebelión de nobles encabezada por el Mago Gaumata. Inclusive, relata el porqué del tallado en la montaña. Darío pretendía que sus hazañas fueran conocidas en la posteridad.

Y lo logró.




Se Feliz.

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