En
1936, durante unas excavaciones en una colina de Kujut Rabua, una aldea
al sureste de Bagdad (Iraq), los trabajadores del Departamento Estatal
Iraquí del Ferrocarril descubrieron una vieja tumba cubierta con una
losa de piedra. Durante dos meses, el Departamento Iraquí de
Antigüedades extrajo de allí un total de 613 abalorios, figurillas de
arcilla, ladrillos cincelados y otras piezas. Fueron fechados en el
período de los partos (casi quinientos años entre 248 a. C. y
226 d. C.). También hallaron unos recipientes muy singulares de arcilla,
con forma de jarrón y de color amarillo claro. En su interior había un
cilindro de cobre, fijado con asfalto a la embocadura del cuello. Dentro
del cilindro había una vara de hierro.
El
recipiente medía 13 cm de alto por 4 cm de diámetro, mientras que el
cilindro de cobre medía 9 cm de alto por 2,6 cm de diámetro. La vara de
hierro sobresalía 1 centímetro y daba la impresión de haber estado
revestida de una fina capa de plomo.
En
ese año (1939), el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo
del Laboratorio del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una
probable pila eléctrica. Describió su hallazgo en el 9 Jahre Irak,
publicado en Austria en 1940. El primer análisis de este objeto
consistió en introducir en su interior un electrolito, y conectarle una
lámpara, que se encendió muy débilmente. El informe oficial que se
redactó después decía que este objeto se comportaba exactamente igual
que una pila eléctrica moderna.
En contra:
El arqueólogo König no mostró con qué material se podrían haber unido
las “baterías”, ya que entre los miles de objetos arqueológicos
encontrados en Mesopotamia no había ningún objeto metálico transmisor de
la corriente eléctrica (como un alambre de hierro) de longitud
suficiente para unir varias de estas “pilas”. König sostuvo que el
objetivo de estas baterías era proporcionar la electricidad necesaria
para realizar galvanización con oro y plata (aunque hasta el momento no
se ha encontrado ningún objeto antiguo galvanizado).
Para
König y Gray no había nada más fácil que afirmar que estos recipientes
eran pilas. Sin embargo, la hipótesis de las pilas es insostenible: no
se encontraron restos, ni siquiera trazas, de ningún electrolito dentro
de los cilindros de cobre. Si estos recipientes se hubieran utilizado
como generadores de tensión, deberían haber contenido algún electrolito,
el cual, aunque hubiese pasado mucho tiempo, se habrían podido detectar
en la actualidad. Además, tampoco se encontró el alambre necesario para
hacer uso de las pilas.
El hecho de que al agregar sulfato de cobre como electrolito se haya generado una diferencia de potencial de 1,5 V,
no implica que realmente se hubiesen utilizado como baterías, ya que
cualquier otro recipiente que contenga dos metales puede generar una
tensión eléctrica mínima si se le agrega algún elemento electrolítico.
El experimento del ingeniero Willard Gray (galvanizar en dos horas una
estatuilla de plata con electrolito de zumo de uva) resultó ser falso.
La pila de Bagdad podría haber generado como máximo 10 mA. Entonces para depositar 10 g
de oro teóricamente serían necesarios casi 6 días de trabajo continuo
(y 10 días para depositar 10 g de plata). En la práctica este tiempo se
puede duplicar o triplicar.
Si
se agrega vino, vinagre u otro ácido, la varilla de hierro se
desintegraría en poco más de 1 año. No obstante esas varillas han
llegado hasta nuestros días, clara muestra que no se utilizó ese par
galvánico. Aquellos que consideran que este artefacto era efectivamente
una pila eléctrica, la califican de oopart (acrónimo en inglés de out of place artifact: artefacto fuera de lugar). Los escépticos en cambio piensan que el jarrón sólo servía para guardar pergaminos y cosméticos
Actualidad: El
11 de abril de 2003, durante la Invasión de Iraq, el Museo Nacional de
Iraq en Bagdad, fue asaltado y saqueado. Durante aproximadamente tres
días muchas de las piezas de incalculable valor histórico fueron
destruidas o robadas. Este es el caso de las “baterías de Bagdad”. Aunque
algunas versiones afirman que estas pudieron ser retiradas para su
protección por el mismo gobierno Irakí como medida de protección ante
los bombarderos, los más escépticos consideran que estas pasaron a
formar parte del tráfico ilegal de antigüedades mesopotámicas.
Actualmente se desconoce su paradero.