Corría
el año 1993 y la expedición encabezada por la arqueóloga Natalia
Polosmak buscaba información acerca de la antigua tribu nómada de los
pazyrik.
El
grupo viajaba por los montes de Altai de Siberia. Al llegar a la zona
de la meseta de Altai, Polosmak se paró e indicó, incomprensiblemente
para su equipo, que empezaran a examinar un túmulo bastante abandonado.
Salió a la luz un brazo moreno tatuado, perfectamente conservado por el
hielo. Habían encontrado a la 'Dama de Hielo' o la 'Princesa de Ukok', a
la que transportaron al instituto científico de Novosibirsk, donde fue
guardada durante casi dos décadas.
Ahora,
tras 19 años de espera y lucha por parte del actual pueblo de Altai,
los restos de la princesa -que en realidad no ostentaba ese cargo-
vuelven a su origen, y serán devueltos al museo de Gorno-Altaisk, donde
podrá ser visitado por el público. Por primera vez además se muestran
los que hasta ahora son los mejores y más antiguos tatuajes encontrados.
El
cadáver data de unos 2,500 años de antigüedad y perteneció a una mujer
de aproximadamente 25 años, de la que se desconoce la causa de la
muerte, ya que se le retiraron las vísceras antes del embalsamiento. En
los aledaños de su tumba fueron encontrados los caballos y dos guerreros
que sugieren que fue alguien importante; sin embargo, la falta de armas
indica que no era una noble guerrera.
En
el nicho se halló únicamente su cuerpo, cuando la costumbre era
enterrar a las mujeres con sus maridos, lo que revela que podía ser
célibe; por todo ello se presume que pudo ser sacerdotisa. Además estaba
vestida con una camisa de seda china. «Este material era más preciado
que el oro y solo se encontraba en enterramientos reales», explicó
Polosmak al diario 'Siberian Times'. Y lo más llamativo, los tatuajes de su brazo izquierdo conservados en perfecto estado.
Fuente
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